Para realizar desde la Argentina estudios de cometas y otros fenómenos en ondas de radio, recientemente fue aprobado un programa de cooperación entre el COLICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) y la Fundación Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (NSF).
Este proyecto está bajo la dirección de los doctores Bajaja (IAR), Boriakoff (Universidad de Cornell, EE.UU.) y Mirabel, y en él participan un total de 10 astrónomos y 4 ingenieros.
Como parte de este convenio, por gestiones de los doctores Mirabel y Boriakoff, ha sido donado al IAR un espectrómetro digital de 1.008 canales (construido con tecnología todavía inexistente en el país) y una computadora Microvax II con un conjunto de periféricos.
La construcción en el país de un instrumental equivalente hubiera demandado una inversión aproximada de medio millón de dólares.
Ingenieros argentinos viajarán al Observatorio de Arecibo, en Puerto Rico, para estudiar las nuevas técnicas de procesamiento de señales.
Para ajustar estos detalles y para disfrutar de 150 horas de observación que con anticipación había solicitado, el doctor Mirabel partió a fines de febrero hacia Arecibo.
Respecto del futuro le confió a La Razón que “uno de los próximos pasos posibles sería la construcción en la Argentina de una antena radioastronómica que permita trabajar en frecuencia más altas (de esta posibilidad nos había hablado el año pasado el doctor Raúl Fernando Colomb, del IAR) y que podría ser colocada –por ejemplo- en el complejo astronómico de Pampa del Leoncito, en San Juan, donde los problemas de interferencias de ondas son mucho menos críticos que para la colocada en Buenos Aires. Esto permitiría a la Argentina realizar proyectos de frontera con otros países del mundo”.
Absolutamente convencido de que difícilmente la Argentina pueda hacer ciencia básica experimental a no ser que esté fuertemente comprometida en trabajos de cooperación internacional, de los que el país se vería favorecido al incorporar sus investigadores conocimientos nuevos en distintas áreas a nivel ciencias de frontera, Mirabel subrayó que “o lo hacemos así, o no lo haremos nunca”.
El posible proyecto de Pampa del Leoncito permitiría ingresar a un proyecto de interferometría con línea de base (distancia en línea recta que separa a dos antenas) intercontinental, entre los Estados Unidos, la Argentina y Alemania, “lo que nos permitiría observar un mismo objeto simultáneamente, lo que equivaldría a utilizar una antena radioastronómica de diámetro que engloba a estas tres antenas”, explica Mirabel.
Este proyecto está bajo la dirección de los doctores Bajaja (IAR), Boriakoff (Universidad de Cornell, EE.UU.) y Mirabel, y en él participan un total de 10 astrónomos y 4 ingenieros.
Como parte de este convenio, por gestiones de los doctores Mirabel y Boriakoff, ha sido donado al IAR un espectrómetro digital de 1.008 canales (construido con tecnología todavía inexistente en el país) y una computadora Microvax II con un conjunto de periféricos.
La construcción en el país de un instrumental equivalente hubiera demandado una inversión aproximada de medio millón de dólares.
Ingenieros argentinos viajarán al Observatorio de Arecibo, en Puerto Rico, para estudiar las nuevas técnicas de procesamiento de señales.
Para ajustar estos detalles y para disfrutar de 150 horas de observación que con anticipación había solicitado, el doctor Mirabel partió a fines de febrero hacia Arecibo.
Respecto del futuro le confió a La Razón que “uno de los próximos pasos posibles sería la construcción en la Argentina de una antena radioastronómica que permita trabajar en frecuencia más altas (de esta posibilidad nos había hablado el año pasado el doctor Raúl Fernando Colomb, del IAR) y que podría ser colocada –por ejemplo- en el complejo astronómico de Pampa del Leoncito, en San Juan, donde los problemas de interferencias de ondas son mucho menos críticos que para la colocada en Buenos Aires. Esto permitiría a la Argentina realizar proyectos de frontera con otros países del mundo”.
Absolutamente convencido de que difícilmente la Argentina pueda hacer ciencia básica experimental a no ser que esté fuertemente comprometida en trabajos de cooperación internacional, de los que el país se vería favorecido al incorporar sus investigadores conocimientos nuevos en distintas áreas a nivel ciencias de frontera, Mirabel subrayó que “o lo hacemos así, o no lo haremos nunca”.
El posible proyecto de Pampa del Leoncito permitiría ingresar a un proyecto de interferometría con línea de base (distancia en línea recta que separa a dos antenas) intercontinental, entre los Estados Unidos, la Argentina y Alemania, “lo que nos permitiría observar un mismo objeto simultáneamente, lo que equivaldría a utilizar una antena radioastronómica de diámetro que engloba a estas tres antenas”, explica Mirabel.
Fuente: Los especiales del Diario LA RAZÓN (República Argentina) Año 1 Nº 1 página 12. Marzo de 1986.
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