“Estimo que la observación más importante que se realice en la Argentina con el paso del cometa Halley será su observación en onda de radio, por las que se detectarán las señales proveniente de los gases que son sublimados en el cometa. En particular, señales provenientes de un radical OH (oxhidril)”.
El que habla es el doctor en Astronomía Igor Félix Mirabel, quien es también master en filosofía e investigador principal de Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
Regresado a la Argentina hace sólo 3 meses, luego de 10 años en los que realizó investigaciones en la Universidad de Manchester (Inglaterra), en la de Maryland (EE.UU.), en la de Puerto Rico (EE.UU.) y en el Centro Nacional de Astronomía e Ionosfera de Arecibo, Puerto Rico, este científico continúa hablándonos del radical OH:
“El oxihidril es muy importante para la radio ciencia de cometas. Más del 50% de las moléculas de agua sublimadas del núcleo (por el calor que genera su aproximación al sol) son disociadas por la radiación ultravioleta solar en un radical oxhidril y un átomo del hidrógeno. La observación del OH puede entonces proveer datos muy importantes para estimar la cantidad de gas que está siendo sublimado desde el núcleo hacia la coma. Esto permitirá saber, entre otras cosas, cuál es la vida típica del cometa”.
Profesor de la Universidad de La Plata y en la de Buenos Aires (en ésta, de Filosofía), también obtuvo cátedras en las de Maryland y Puerto Rico, habiendo realizado una treintena de publicaciones en revistas americanas de Astronomía y Astrofísica.
Mirabel continúa develando las hasta ahora no divulgadas etapas de observación que habrán de realizarse con la antena radioastronómica de 30 metros de diámetro del Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR), en el Parque Pereyra Iraola.
“El radical OH ha sido detectado en radio-ondas no sólo porque en los cometas existen en grandes cantidades sino también porque actúa como un maser de la radiación de fondo.
Maser es la abreviación de las palabras inglesas Microwave amplification by stimulated emission of radiation (amplificación de micro-onda por emisión estimulada de radiación). Las observaciones se harán en la longitud de onda de 18cm (1667 MHz), que no son visibles. En ondas de radio, lo que va a ocurrir, es que las señales de estas moléculas amplifican la energía de las señales provenientes de fuentes de energía lejanas de la Tierra, en la galaxia. Al cruzar estas emisiones por los gases de la coma del cometa, las señales del OH son amplificadas (maser) y, a raíz de eso, hay una buena posibilidad de estudiar las cualidades físicas de los gases en el cometa”.
El momento óptimo para realizar esta investigación se cumplirá a comienzos de abril de 1986, cuando el cometa Halley oculte radiofuentes intensas de la Vía Láctea. En ese momento el astro melenudo estará cumpliendo su arco de declinación más austral, que tiene su límite en los 47º S de nuestro hemisferio estelar.
La Argentina se ve privilegiada para hacer estos experimentos porque el cometa está dirigiéndose hacia el sur, fenómeno que se explica por la posición actual de la Tierra en su órbita solar y los 18º de inclinación del plano de la órbita elíptica del Halley respecto del plano orbital de nuestro planeta.
“Estas observaciones no podrán ser realizadas por ningún otro radiotelescopio del hemisferio norte” ejemplifica el doctor Mirabel. “Las observaciones que nosotros vamos a realizar desde el IAR van a ser únicas, porque van a diferir en el tiempo con las que se realicen en Australia, desde la antena Parkes, de 63 metros de diámetro. Debido a las distancias en longitud geográfica que separan estas antenas radioastronómicas, habrá un monitoreo casi continuo del Halley que, en nuestro caso, se va a ver reducido a 4 horas de observación por problemas de movimiento de la antena”.
Esta dificultad técnica y otras con las que ha tomado contacto en estos escasos tres meses de regreso en la Argentina le hacen nacer elogios hacia los radioastrónomos argentinos: “Si lograron hacer esto es porque supieron sobrevivir a tantas frustraciones. Es un milagro que, con los magros recursos asignados en los últimos años, hayan logrado continuar investigando”.
Fuente: Los especiales del Diario LA RAZÓN (República Argentina) Año 1 Nº 1 página 12. Marzo de 1986.
El que habla es el doctor en Astronomía Igor Félix Mirabel, quien es también master en filosofía e investigador principal de Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
Regresado a la Argentina hace sólo 3 meses, luego de 10 años en los que realizó investigaciones en la Universidad de Manchester (Inglaterra), en la de Maryland (EE.UU.), en la de Puerto Rico (EE.UU.) y en el Centro Nacional de Astronomía e Ionosfera de Arecibo, Puerto Rico, este científico continúa hablándonos del radical OH:
“El oxihidril es muy importante para la radio ciencia de cometas. Más del 50% de las moléculas de agua sublimadas del núcleo (por el calor que genera su aproximación al sol) son disociadas por la radiación ultravioleta solar en un radical oxhidril y un átomo del hidrógeno. La observación del OH puede entonces proveer datos muy importantes para estimar la cantidad de gas que está siendo sublimado desde el núcleo hacia la coma. Esto permitirá saber, entre otras cosas, cuál es la vida típica del cometa”.
Profesor de la Universidad de La Plata y en la de Buenos Aires (en ésta, de Filosofía), también obtuvo cátedras en las de Maryland y Puerto Rico, habiendo realizado una treintena de publicaciones en revistas americanas de Astronomía y Astrofísica.
Mirabel continúa develando las hasta ahora no divulgadas etapas de observación que habrán de realizarse con la antena radioastronómica de 30 metros de diámetro del Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR), en el Parque Pereyra Iraola.
“El radical OH ha sido detectado en radio-ondas no sólo porque en los cometas existen en grandes cantidades sino también porque actúa como un maser de la radiación de fondo.
Maser es la abreviación de las palabras inglesas Microwave amplification by stimulated emission of radiation (amplificación de micro-onda por emisión estimulada de radiación). Las observaciones se harán en la longitud de onda de 18cm (1667 MHz), que no son visibles. En ondas de radio, lo que va a ocurrir, es que las señales de estas moléculas amplifican la energía de las señales provenientes de fuentes de energía lejanas de la Tierra, en la galaxia. Al cruzar estas emisiones por los gases de la coma del cometa, las señales del OH son amplificadas (maser) y, a raíz de eso, hay una buena posibilidad de estudiar las cualidades físicas de los gases en el cometa”.
El momento óptimo para realizar esta investigación se cumplirá a comienzos de abril de 1986, cuando el cometa Halley oculte radiofuentes intensas de la Vía Láctea. En ese momento el astro melenudo estará cumpliendo su arco de declinación más austral, que tiene su límite en los 47º S de nuestro hemisferio estelar.
La Argentina se ve privilegiada para hacer estos experimentos porque el cometa está dirigiéndose hacia el sur, fenómeno que se explica por la posición actual de la Tierra en su órbita solar y los 18º de inclinación del plano de la órbita elíptica del Halley respecto del plano orbital de nuestro planeta.
“Estas observaciones no podrán ser realizadas por ningún otro radiotelescopio del hemisferio norte” ejemplifica el doctor Mirabel. “Las observaciones que nosotros vamos a realizar desde el IAR van a ser únicas, porque van a diferir en el tiempo con las que se realicen en Australia, desde la antena Parkes, de 63 metros de diámetro. Debido a las distancias en longitud geográfica que separan estas antenas radioastronómicas, habrá un monitoreo casi continuo del Halley que, en nuestro caso, se va a ver reducido a 4 horas de observación por problemas de movimiento de la antena”.
Esta dificultad técnica y otras con las que ha tomado contacto en estos escasos tres meses de regreso en la Argentina le hacen nacer elogios hacia los radioastrónomos argentinos: “Si lograron hacer esto es porque supieron sobrevivir a tantas frustraciones. Es un milagro que, con los magros recursos asignados en los últimos años, hayan logrado continuar investigando”.
Roberto Carozzo
Fuente: Los especiales del Diario LA RAZÓN (República Argentina) Año 1 Nº 1 página 12. Marzo de 1986.
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