¿Cuanto falta para que regrese el cometa Halley?

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Soviéticos por partida doble

Durante la segunda quincena de diciembre de 1984, desde el cosmódromo de Baikonur, en la provincia de Kazajia, Unión Soviética, fueron lanzadas las estaciones cósmicas Vega I y Vega II.

La denominación de ambas naves son acrónimos derivados de los nombres rusos de los dos objetivos a cumplir por ellas: pasar primero cerca de Venera (Venus) y luego viajar al encuentro de Gallei (Halley). Es por ese motivo que ellas son nombradas como Vega o Veha, según se utilicen las siglas soviéticas o sus equivalentes occidentales.

Imponente aspecto de una de las estaciones interplanetarias Veha. Ver más grande

El 11 y el 15 de junio de 1985 amas cosmonaves, construidas teniendo como base la estación interplanetaria Venus, integrada por dos elementos fundamentales como el módulo de exploración y el vehículo orbital, tuvieron su encuentro con el planeta azul.

De ambas naves se desprendieron módulos de descenso con una sonda aeróstata de 3,4 metros de diámetro, cuyo radio transmisor envió a la Tierra datos sobre los parámetros de la atmósfera.
Luego de cumplir con el desembarco de Venus, ambas estaciones fueron rescatadas del campo gravitacional del planeta y dirigidas hacia una órbita solar a la espera del encuentro con el Halley. La aproximación tendrá lugar, respectivamente, el 6 y el 9 de marzo para cada una de ellas, cerca del punto en que la órbita del astro melenudo cruzará el plano eclíptico.

La fotografía del planeta Venus muestra un cráter que, haciendo las mediciones, es nada menos que de 50 kilómetros por 70. Fué la primera experiencia soviética. Ver más grande

La estructura del módulo de exploración Venus fue modificada sustancialmente para alojar los instrumentos destinados a estudiar el cometa. La plataforma de giro de dos fases provista del sistema de control automático, es un elemento totalmente nuevo. Sirve para ubicar y orientar con precisión al centro del cometa los instrumentos científicos ópticos destinados a llevar a cabo estudios a distancia cuando la estación atraviesa la coma a una velocidad relativa de unos 80 kilómetros por segundo.

En este caso la nave cósmica permanece en el régimen de estabilización en tres ejes, lo que garantiza que su antena parabólica esté siempre orientada hacia la Tierra y parte de los instrumentos científicos fijados (igual que la antena, al cuerpo de la nave), apunten al encuentro de la sustancia que conforma el cometa.

También tendrán que sacar fotos y transmitir a la Tierra la imagen del núcleo del cometa, determinar la concentración y la composición del plasma, detectar la presencia de los campos eléctrico y magnético y medir su magnitud, averiguar cómo influye el viento solar sobre el cometa.

El encuentro del cometa con las naves Vega I y Vega II tendrá lugar a unos 150 millones de kilómetros de nuestro planeta y está previsto que pasen a 8.500 y 7.500 kilómetros, respectivamente, del astro.

Las pantallas que le protegen del polvo han hecho cambiar la configuración de la estación. Las partículas sólidas de polvo del cometa, de varios micrómetros a un milímetro de grosor, que atacan a enorme velocidad el aparato cósmico, constituyen una seria amenaza para el mismo. Baste decir que una partícula de un microgramo es capaz de perforar una chapa de aluminio de varios centímetros de grosor, siendo que iguales dimensiones el diámetro del hueco. El único procedimiento aceptable de protección son las estructuras de varias pantallas con grandes espacios entre ellas. Solo después de muchos cálculos y experimentos con los modelos se pudo proyectar una estructura relativamente ligera que resiste al polvo.

El bombardeo del aparato con partículas de polvo no solo amenaza la integridad de sus elementos sino que puede alterar su orientación y originar una “atmósfera” y una “ionosfera” propias, indeseables, que se forman al impacto que las partículas de alta energía producen en el aparato. Los especialistas analizaron minuciosamente la eventualidad de estos fenómenos y sólo queda esperar que sean eficientes las medidas para garantizar la “vitalidad” de la estación cuando atraviese la coma del cometa.

El programa de estudios del cometa Halley contempla llevar a cabo complicados experimentos científicos. Para ello “Veha” lleva a bordo toda una serie de instrumentos (con más de 120 kg de peso) muchos de los cuales reúnen características de ocho países europeos. Australia, Bulgaria, Hungría, República Democrática Alemana, República Federal Alemana, Polonia, Francia y Checoslovaquia.

Fuente: Los especiales del Diario LA RAZÓN (República Argentina) Año 1 Nº 1 página 20. Mes de marzo de 1986.

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