¿Cuanto falta para que regrese el cometa Halley?

Publicidad

 photo Laura-web_zps5b8a06ee.gif

Una historia que comienza con antenas de TV

El Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR) se creó en 1982 por convenio entre el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (CIC), la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).

La Carnegie Institution of Washington (CIW) proveyó parte del material y la dirección técnica para la construcción de las dos antenas radiotelescópicas que están actualmente instaladas a la vera del kilómetro 40 del Camino General Belgrano, en el Parque Pereyra Iraola.

Las antenas que harán el seguimiento del cometa ver más grande

Pero la semilla de la radioastronomía en la Argentina fue sembrada con anterioridad a 1962, aproximadamente en 1959, cuando el doctor Enrique Gaviola concordó, desde la UBA, con la Carnegie Institution of Washington, que estaba interesada en que se realizaran investigaciones radioastronómicas en el hemisferio sur.

La institución norteamericana envió un instrumento para hacer observación del sol, que fue instalado en terrenos de la Facultad de Agronomía y Veterinaria. Constaba de 16 antenas de TV de tipo “yague”, que trabajaban en 86 Mhz.

Después de un cierto tiempo, los investigadores involucrados en este proyecto comenzaron a colaborar en la construcción de la primera antena parabólica del IAR, la CIC ya había conseguido los terrenos del Parque y el CONICET y la universidad aportado fondos para la construcción de los edificios y de la antena también. Esto ocurría entre 1961 y 1962.

“La construcción de la antena llevó dos años y medio mientras, paralelamente, se iba haciendo el receptor”, explica a La Razón el doctor Colomb.

Antes del programa para estudiar el Halley, el IAR estuvo abocado, entre otras, a la tarea de realizar un mapa radioastronómico del cielo austral en 1.420 MHz y al desarrollo de todo un sistema amplificador de muy bajo ruido para la segunda antena.

“Como uno está detectando señales muy débiles que nos llegan desde la galaxia”, explica Colomb, “entonces se necesita que los receptores introduzcan muy poco ruido. Para eso es necesario todo un desarrollo de receptor que, en su parte electrónica, lo hacen 5 ingenieros electrónicos y 5 técnicos en electrónica basados en el IAR.

Una de las ideas nuestras (1) es desarrollar acá un laboratorio que trabaje en amplificación de muy bajo ruido, con aplicaciones no sólo a nuestra investigación sino también a comunicaciones”.
Pero el futuro, además de trabajo, significa cambios para el IAR. “Nosotros pensamos que lo que pueda hacer acá, dentro de dos años y con estos instrumentos, no va a poder competir a nivel internacional”, explica Colomb. “Por eso estamos interesados en hacer una instalación nueva. No acá, porque hay mucha interferencia producida por las fábricas, radioteléfonos, el radar de Ezeiza, que se escucha muy bien. Es casi comparable a lo que le pasa al observatorio de La Plata con todas las luces de la ciudad”.

“La idea nuestra es poder instalar una antena en el Complejo Astronómico de Pampa de El Leoncito (San Juan)(1), continúa. “Hay varios proyectos. Uno muy interesante, lo van a llevar a cabo la Agencia Nacional para la Aeronáutica y el Espacio (NASA) y la Agencia Europea del Espacio (ESA), Ellas quieren lanzar una antena parabólica al espacio, con una órbita aproximada entre los 5.000 kilómetros mínimo y los 15.000 kilómetros máximo. Observando las antenas de tierra juntamente con la del espacio, uno tendría una línea de base de 15.000 kilómetros con la que, prácticamente, resolver una cien milésima de segundo de arco. La idea de lo que eso representa la da la Luna, que ocupa medio grado de arco”.

Actualmente se está discutiendo cuál sería el proyecto a instalar en San Juan y el tipo de investigación que se desea realizar. “Nuestra colaboración en el hemisferio Sur es muy importante porque solamente existen radiotelescopios en Australia y Brasil, contra 20 a 25 antenas en el hemisferio Norte”. Subraya Colomb. El interés de los observatorios eutopeos por impulsar observaciones del cielo parecería dirigido ahora hacia los microondas. En el Observatorio Septentrional Europeo de La Silla, en el norte de Chile, se está construyendo una antena milimétrica de 15 metros.

“Nuestra idea es hacerla en el país, no por la gente del IAR sino por una empresa nacional”, expone Colomb. “de modo que dicho instrumento no solamente signifique provecho para la investigación científica sino el desarrollo y aplicación de conocimientos técnológicos para nuestra industria”.


Nota del transcriptor:
(1)Sabrá el lector disculpar los poco agradables y disonantes italianismos en las expresiones del doctor Colomb, pero hemos preferido respetar la literalidad de la nota preservando su historicidad al correcto uso del castellano y aclararlo aquí, en esta nota: donde dice “La idea nuestra es”, debería decir: “Nuestra idea es…”


Fuente: Los especiales del Diario LA RAZÓN (República Argentina) Año 1 Nº 1 página 13. Marzo de 1986.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Publicidad

 photo Estudio-juridico-puricelli-pinel450x100_zpsdea8ab8a.gif

Publicidad

Photobucket