El dijo: tal día este astro regresará”.
El Sol se ha puesto… Las primeras estrellas comenzaron a brillar entre los picos montañosos. Poco a poco la efervescencia comienza a ganar al grupo de amateur reunidos sobre la meseta… Repentinamente, él comienza a destacarse sobre el fondo del cielo. ¡allí está!, el célebre cometa de Halley, ese que uno no ve más que una sola vez en la vida, ése por el que ellos han recorrido millares de kilómetros, ése al que ellos podrán observar en el espacio en algunas horas.
Como los miembros de este equipo instalado sobre el pintoresco paisaje argentino del Valle de Las Leñas, muchos otros serán los que se desplazarán hacia el hemisferio Sur (en Australia, en la Reunión o en otra parte) para contemplar el regreso del cometa. De su parte, una flotilla de sondas espaciales japonesas, rusas y europeas navegará hacia ese objeto surgido del tiempo y del espacio.
¿Por qué tal interés en los cometas, y por el cometa Halley en particular?
Desde el alba de la humanidad, esos astros que despliegan sus penachos espectaculares a través del cielo han sorprendido la imaginación de los hombres que, por ignorancia, veían en su aparición un presagio nefasto.
Después descubrieron que ciertos cometas describen sus órbitas periódicas alrededor del Sol y cruzan regularmente el camino de nuestra tierra; se preocupan mucho entonces de las trayectorias de estos cometas. Numerosos observadores acechaban (y acechan siempre) sus apariciones, porque, insigne honor, los cometas llevan el nombre de sus descubridores, a menudo astrónomos amateur (aficionados). Pero uno está todavía en el estado descriptivo…
Con el advenimiento de la astronomía moderna, por medio de radiotelescopios, los científicos han escrutado con mucha más atención esos pequeños astros. ¿Por qué razón? Es que esas “bolas de nieve sucia” venidas de los confines del sistema solar han probablemente conservado en el frío absoluto los secretos de la creación del Sol y los planetas.
Es Halley quien, remontándose en el tiempo, calcula que el astro magnífico que él había percibido (visto) en los cielos en 1682 había sido observado cada 76 años desde tiempos inmemoriales. El descubrió que su cometa estuvo presente en el cielo de la batalla de Hasting de 1066 y que los astrónomos chinos habían periódicamente anotado su aparición…
El paso del cometa en 1066 fue interpretado por Guillermo en Normandía como una señal favorable del cielo para invadir Inglaterra y vencer al rey Haroldo. Luego del triunfo, en la famosa batalla de Hastings. Guillermo no tuvo dudas de que el cometa era su “estrella” y por lo tanto estuvo de acuerdo en que se incluyera su imagen en el tapíz que dejaría testimonio de su triunfo sobre Haroldo. El tapíz de Bayeux está considerado la historia más larga del mundo debido a que tiene una extensión de 70 metros de largo. La idea de esta obra era servir como documento pictórico a los fieles analfabetos que concurrían a la catedral de Bayeux a escuchar misa.
En uno de los tramos del tapiz se ve al cometa, representado como una estrella que arrastra una cola suplementaria. A la izquierda unos hombres observan el cuerpo celeste y una inscripción en latín dice: “estos hombres observan pasmados la estrella”, mientras a la derecha se ve a Haroldo cayendo de su trono.
La segunda oportunidad en que el paso del Halley influye especialmente en la cultura de Occidente ocurrió durante su visita en 1301. Si bien no existe ningún testimonio o documento que lo confirme, todo hace pensar que el pintor Florentino Giotto di Bodone (1267 – 1337) observó el paso del Halley y luego incorporó su imagen a una de sus pinturas, cambiando la tradicional estrella de Belén por un cometa con núcleo y cola. Lo importante de este hecho es que esta representación de la estrella de Belén llevó a grandes pintores a imitar a Giotto y al mismo tiempo a confundir a mucha gente que creyó que un cometa había señalado el camino hacia el pesebre donde naciera Jesús (1). Lo cierto es que no existen registros sobre el paso de un cometa en alguna fecha cercana a la fecha convencional del nacimiento de Cristo.
Pero es importante resaltar el hecho de que un pintor como Giotto asociara esa nueva imagen a una escena que para el significaba uno de los sucesos más importantes y extraordinarios de la vida del hombre, expresa claramente la sensación de espectacularidad y excepcionalidad que le produjo la visión del cometa Halley en 1301.
Desde la más lejana antigüedad, la aparición repentina de los cometas en el cielo ha asustado (espantado) a los hombres. Ellos lo consideraban como un presagio maléfico (2).
Así nació una superstición tenaz asociando sin razón la visión de los cometas con los acontecimientos trágicos (3).
Sin remontarse muy lejos en la historia, uno recuerda que el cometa de 1811, visible 17 meses, habría así anunciado la derrota de Napoleón en Rusia. Los ejemplos de este tipo abundan. Nada espectacular, dado que se han censado más de 500 cometas desde el comienzo de la era cristiana hasta el siglo XIX.
La invención de la lente astronómica y de la fotografía ha aumentado considerablemente el número de observaciones y de descubrimientos. Así, en nuestros días, han podido descubrirse un promedio de 7 cometas por año. Pero la mayor parte no son visibles al ojo humano.
El Sol se ha puesto… Las primeras estrellas comenzaron a brillar entre los picos montañosos. Poco a poco la efervescencia comienza a ganar al grupo de amateur reunidos sobre la meseta… Repentinamente, él comienza a destacarse sobre el fondo del cielo. ¡allí está!, el célebre cometa de Halley, ese que uno no ve más que una sola vez en la vida, ése por el que ellos han recorrido millares de kilómetros, ése al que ellos podrán observar en el espacio en algunas horas.Como los miembros de este equipo instalado sobre el pintoresco paisaje argentino del Valle de Las Leñas, muchos otros serán los que se desplazarán hacia el hemisferio Sur (en Australia, en la Reunión o en otra parte) para contemplar el regreso del cometa. De su parte, una flotilla de sondas espaciales japonesas, rusas y europeas navegará hacia ese objeto surgido del tiempo y del espacio.
¿Por qué tal interés en los cometas, y por el cometa Halley en particular?
Desde el alba de la humanidad, esos astros que despliegan sus penachos espectaculares a través del cielo han sorprendido la imaginación de los hombres que, por ignorancia, veían en su aparición un presagio nefasto.
Después descubrieron que ciertos cometas describen sus órbitas periódicas alrededor del Sol y cruzan regularmente el camino de nuestra tierra; se preocupan mucho entonces de las trayectorias de estos cometas. Numerosos observadores acechaban (y acechan siempre) sus apariciones, porque, insigne honor, los cometas llevan el nombre de sus descubridores, a menudo astrónomos amateur (aficionados). Pero uno está todavía en el estado descriptivo…
Con el advenimiento de la astronomía moderna, por medio de radiotelescopios, los científicos han escrutado con mucha más atención esos pequeños astros. ¿Por qué razón? Es que esas “bolas de nieve sucia” venidas de los confines del sistema solar han probablemente conservado en el frío absoluto los secretos de la creación del Sol y los planetas.
Es Halley quien, remontándose en el tiempo, calcula que el astro magnífico que él había percibido (visto) en los cielos en 1682 había sido observado cada 76 años desde tiempos inmemoriales. El descubrió que su cometa estuvo presente en el cielo de la batalla de Hasting de 1066 y que los astrónomos chinos habían periódicamente anotado su aparición…
El paso del cometa en 1066 fue interpretado por Guillermo en Normandía como una señal favorable del cielo para invadir Inglaterra y vencer al rey Haroldo. Luego del triunfo, en la famosa batalla de Hastings. Guillermo no tuvo dudas de que el cometa era su “estrella” y por lo tanto estuvo de acuerdo en que se incluyera su imagen en el tapíz que dejaría testimonio de su triunfo sobre Haroldo. El tapíz de Bayeux está considerado la historia más larga del mundo debido a que tiene una extensión de 70 metros de largo. La idea de esta obra era servir como documento pictórico a los fieles analfabetos que concurrían a la catedral de Bayeux a escuchar misa.
En uno de los tramos del tapiz se ve al cometa, representado como una estrella que arrastra una cola suplementaria. A la izquierda unos hombres observan el cuerpo celeste y una inscripción en latín dice: “estos hombres observan pasmados la estrella”, mientras a la derecha se ve a Haroldo cayendo de su trono.
La segunda oportunidad en que el paso del Halley influye especialmente en la cultura de Occidente ocurrió durante su visita en 1301. Si bien no existe ningún testimonio o documento que lo confirme, todo hace pensar que el pintor Florentino Giotto di Bodone (1267 – 1337) observó el paso del Halley y luego incorporó su imagen a una de sus pinturas, cambiando la tradicional estrella de Belén por un cometa con núcleo y cola. Lo importante de este hecho es que esta representación de la estrella de Belén llevó a grandes pintores a imitar a Giotto y al mismo tiempo a confundir a mucha gente que creyó que un cometa había señalado el camino hacia el pesebre donde naciera Jesús (1). Lo cierto es que no existen registros sobre el paso de un cometa en alguna fecha cercana a la fecha convencional del nacimiento de Cristo.
Pero es importante resaltar el hecho de que un pintor como Giotto asociara esa nueva imagen a una escena que para el significaba uno de los sucesos más importantes y extraordinarios de la vida del hombre, expresa claramente la sensación de espectacularidad y excepcionalidad que le produjo la visión del cometa Halley en 1301.
Desde la más lejana antigüedad, la aparición repentina de los cometas en el cielo ha asustado (espantado) a los hombres. Ellos lo consideraban como un presagio maléfico (2).
Así nació una superstición tenaz asociando sin razón la visión de los cometas con los acontecimientos trágicos (3).
Sin remontarse muy lejos en la historia, uno recuerda que el cometa de 1811, visible 17 meses, habría así anunciado la derrota de Napoleón en Rusia. Los ejemplos de este tipo abundan. Nada espectacular, dado que se han censado más de 500 cometas desde el comienzo de la era cristiana hasta el siglo XIX.
La invención de la lente astronómica y de la fotografía ha aumentado considerablemente el número de observaciones y de descubrimientos. Así, en nuestros días, han podido descubrirse un promedio de 7 cometas por año. Pero la mayor parte no son visibles al ojo humano.
Nota del transcriptor:
(1) Es pura especulación del autor que escribió la nota. No está totalmente confirmado que Giotto se inspirara en el Halley ni que este (u otro) cometa no fuera la “estrella” de Belén. Bien pudo ser un cometa o, como mucho después de 1986 (en ese año imposible saberlo) se ha teorizado sobre la posibilidad de que haya sido una supernova lo que vieron los pastores y los reyes magos en Belén, pero nunca se descartó la posibilidad de que hubiese sido un cometa.
(2) también es especulación del autor de la nota. Se sabe que no todos los hombres pensaban así y que muchas culturas más que temerles, las estudiaron. Tal como ocurrió en 1910 y en 1986 algunos (hoy en 2012 también ocurre) preconizan el apocalipsis y otros se dedican a estudiar el fenómeno.
(3) Por cierto que no entendemos de cual fuente sacó el autor de la nota la existencia de tal superstición. En realizad, la tradición popular es “pedir tres deseos” ante el paso de un “cometa”, “estrella fugaz” o “meteorito” (tampoco podemos pedir precisiones a los observadores no profesionales) Pero en fin…
(1) Es pura especulación del autor que escribió la nota. No está totalmente confirmado que Giotto se inspirara en el Halley ni que este (u otro) cometa no fuera la “estrella” de Belén. Bien pudo ser un cometa o, como mucho después de 1986 (en ese año imposible saberlo) se ha teorizado sobre la posibilidad de que haya sido una supernova lo que vieron los pastores y los reyes magos en Belén, pero nunca se descartó la posibilidad de que hubiese sido un cometa.
(2) también es especulación del autor de la nota. Se sabe que no todos los hombres pensaban así y que muchas culturas más que temerles, las estudiaron. Tal como ocurrió en 1910 y en 1986 algunos (hoy en 2012 también ocurre) preconizan el apocalipsis y otros se dedican a estudiar el fenómeno.
(3) Por cierto que no entendemos de cual fuente sacó el autor de la nota la existencia de tal superstición. En realizad, la tradición popular es “pedir tres deseos” ante el paso de un “cometa”, “estrella fugaz” o “meteorito” (tampoco podemos pedir precisiones a los observadores no profesionales) Pero en fin…
Fuente: Los especiales del Diario LA RAZÓN (República Argentina) Año 1 Nº 1 página 8. Marzo de 1986.
Hola, qué tema más interesante el de los cometas. Tengo una preguntita: en qué texto alemán se encuentra la ilustración del huevo (de hecho, el títlo menciona los cometas, dice que se representa un huevo prodigioso que una gallina puso a gritos en Roma a finales de 1680). Mil gracias un saludo!
ResponderEliminarPerdón: no menciona los cometas*
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