¿Cuanto falta para que regrese el cometa Halley?

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El Giotto

El 10 de julio de 1985, desde la base de lanzamiento de Kourou, en la Guinea Francesa, fue lanzada al espacio la sonda Giotto, impulsada por un cohete Arianne. Fue la 14ª experiencia del Arianne, y la primera en que una nave espacial europea va más allá de la gravedad de la Tierra. La misión del Giotto era una: acercarse al núcleo del cometa por el lado que mira el Sol. En su viaje de 700 millones de kilómetros el Giotto va describiendo una órbita alrededor del Sol, en el mismo sentido que la Tierra, para encontrarse el 14 de marzo con el Halley, cuya órbita es inversa a la de la sonda y a la del planeta. Dudo que el Giotto –de 450 kilómetros de peso- cruzara la trayectoria del Halley en forma casi perpendicular, se dispondrá de solo una hora para realizar los 10 experimentos científicos previstos. Pero, si todo marcha bien, muchas incógnitas sobre el Halley serán develadas.

El Giotto, la nave en la que Europa confía para llegar al cometa. Ver más grande

El 24 de enero último, los científicos europeos encargados de la misión tuvieron el primer tropiezo: se perdió contacto con la sonda por varias horas. El centro de control, en Durmstadt, Alemania Federal, dejó de recibir señales debido a una anormalidad en el control terrestre, lo que provocó que la antena de la sonda no estuviera dirigida a la de la receptora. Claro que para detectar el mal, la entidad espacial europea se puso en contacto con sus colegas norteamericanos de la NASA, quienes consiguieron restablecer las comunicaciones y descubrieron que el problema era que estaba mal orientada la antena del centro espacial australiano de Carnavon.

La cámara del Giotto registró estas curiosas imágenes de la Tierra a 20 millones de kilómetros. Se observan nuves sobre Asia, Australia y la Antértida. A la derecha, en reproduciones más pequeñas, se aprecian tres fotos. Con ellas queda claramente expuesto al movimiento de rotación de la Tierra a través del cambio de lugar de las formaciones nubosas. Ver más grande


Antes del 18 de octubre, el Giotto deslumbró a los científicos con unas fotografías de la Tierra enviadas desde la espectacular distancia de 20 millones de kilómetros y logradas con una cámara multicolor de infrarrojos. Las imágenes captadas correspondían a las tres cuartas partes del globo terráqueo, la parte calentada por el Sol, y en ellas se apreciaron las formaciones nubosas situadas sobre los continentes, en forma de manchas muy claras. La secuencia fotográfica muestra claramente la rotación de la Tierra, ya que es fácil advertir el cambio de lugar de esas formaciones. Otras imágenes captaron el sistema Tierra – Luna completo y espectacularmente solo en este rincón del universo.

Los cálculos iniciales daban al Giotto una posibilidad de sobrevivencia inferior al 90 por ciento. Luego de las experiencias ese cúmulo aumentó considerablemente, y no porque los científicos de Europa sean grandes optimistas, sino que el análisis del los datos disponibles y los logros alcanzados otorgan validez a esa estimación. De todas maneras, todos saben que existe un peligro: que el choque con partículas de polvo de gran tamaño (de medio gramo a un gramo) podría dañar, inutilizar o distinguir a la nave concebida por los europeos.

Los científicos de la agencia europea explicaban básicamente que el tiempo disponible para los experimentos científicos no es muy elevado, debido, justamente, a lo que se planteó al comienzo de la nota: la sonda cruzará la trayectoria del cometa casi perpendicularmente. Además, la fase más importante de la tarea se hará (o deberá hacerse) en un muy breve lapso, debido a que el núcleo sólido del cometa solo tiene un diámetro de pocos kilómetros, pero ese núcleo está acompañado de una capa de gases y polvos de unos 100.000 kilómetros, que la sonda cruzará a una velocidad de casi 96 kilómetros por segundo.

Con los aparatos de medición a bordo de la sonda europea, los científicos pretenden investigar, sobre todo la constitución química de la capa de gas que rodea al cometa, el tamaño de las partículas de polvo y su tasa de producción. Además, se desean estudiar los influjos que el viento solar ejerce sobre la cobertura del planeta.

No habrán, aparentemente, celos científicos cuando se trate de desentrañar los secretos del Halley. Los alemanes federales, cuya participación es importantísima en el proyecto, tanto que la sonda se montó en la fábrica Dornier y ese operativo estuvo a cargo de ingenieros de la República Federal de Alemania, depositan ahora su confianza en los equipos por ellos fabricados. Por ejemplo, Jochen Kissel, del Instituto Max Planck de física nuclear, de Heidelberg, desarrolló un espectómetro especial para medir las partículas de polvo. Dieter Krankowsky, del mismo instituto, responde por el espectógrafo de masas para investigar gases e iones neutrales, y Fritz Neubauer, de la Universidad de Colonia, es el encargado del magnetómetro destinado a medir el campo magnético alrededor del Halley. Por si algo faltara, la cámara especial para imágenes en color procede de Alemania Federal y fue construida por Horst Uwe Keller, del Instituto Max Planck de Aeronomía, en Lindau Harz.


Fuente: Los especiales del Diario LA RAZÓN (República Argentina) Año 1 Nº 1 páginas 18 y 19. Mes de marzo de 1986.

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A continuación un video que muestra el resultado alcanzado por la Giotto.

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