En el gráfico superior está marcada la trayectoria del cometa Halley por la esfera celeste, entre el 31 de diciembre de 1985 y el 30 de mayo de 1986, tal como lo publicara el diario El País (España), en su edición del miércoles 15 de enero del corriente. Para localizarlo se dibujaron como referencia las constelaciones más importantes. La escala de la izquierda corresponde a la declinación en grados, en tanto que las escalas superior e inferior del gráfico corresponden a la hora de ascenso. El cometa mantiene siempre la cola opuesta al sol.
En el gráfico a pie de página, facilitado por el doctor Igor Mirabel, quien lo utilizó para ilustrar sus conferencias respecto al Halley, importa su trayectoria decididamente austral que se corresponde con las investigaciones a realizar por el Instituto Argentino de Radioastronomía. Las observaciones anteriores sobre declinación en grados y hora de ascenso son válidas también para éste.
Al lector seguramente sorprenderá tantos conocimientos sobre los pasos a dar por el menudo visitante, pero sucede que El Halley es el más célebre de los cometas y de quien mejor se conocen sus trayectorias.
Conocerlas perfectamente ha resultado fundamental para poder enviar las ondas espaciales a su encuentro que, en el caso de Giotto, será menor a los 500 kilómetros del núcleo. Es una de las razones esenciales por las que el cometa Halley ha sido elegido para ser el objeto de una cooperación internacional sin precedentes reagrupada en el seno de la International Halley Watch, donde se nuclea un millar de astrónomos profesionales y aficionados de más de 40 países, que deberán recoger un máximo de información sobre el cometa en apoyo de las informaciones que enviarán las sondas espaciales.
Este afán por recoger mayor información no es solo vital para las investigaciones sobre los orígenes de nuestra galaxia, en que la Tierra ocupa uno de sus suburbios, sino para las infinitesimales correcciones que por telemetría se realizarán sobre el Giotto y las otras naves que se desplazan a su encuentro.
Como se informa en otras páginas de este suplemento, observatorios como el dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba, día a día, envían los resultados de las observaciones astrográficas de su trayectoria actual al International Halley Watch y principales observatorios. Aquellos que están directamente involucrados en guiar la trayectoria de las naves espaciales (como la antena de Parkes, en Australia, ocupada actualmente en dirigir al Giotto) tienen muy en cuenta estas observaciones.
Menos sofisticada, pero no por eso mejor atendida, la multitud de curiosos que convocará el astro barbado cada madrugada, cada noche y cada atardecer, según pasen los días. Para ellos también serán utilísimos los gráficos que ilustran esta página y que indican el curso del cuerpo celeste el mes de mayo.
Para un mayor entendimiento de los mismos se acompaña información de lo que irá sucediendo con el visitante a medida que transcurra el tiempo:
Marzo de 1986: El gran período de observación comienza. La distancia entre el cometa y La Tierra disminuye día a día mientras que la cola se extiende progresivamente sobre 30º.
Abril de 1986: El mejor mes para los que están en el hemisferio Sur.
Halley alcanza su brillo máximo a comienzos del mes, con una magnitud aproximada a 2.
A ojo desnudo un espectáculo grandioso con una cabeza de dimensión aparente comparable a la Luna y una cola que se desarrolla pasando los 40º.
A fin de mes La Luna obstaculiza la observación, pero el eclipse total de luna del día 24 deberá permitir tomar fotografías sorprendentes.
El largo de la cola disminuye rápidamente y no será más de 10º a fin de abril.
Mayo de 1986 y después: El brillo de Halley baja muy rápidamente. Desde el 1º deja de ser visible al ojo humano. Su declinación se mantiene definitivamente negativa.
A partir de julio una lente de 60 mm. será necesaria para descubrirlo; después, en otoño, los T 150 o 200.
Será necesario esperar a octubre para que la Conferencia Internacional del Cometa Halley, que se desarrollará en Heidelberg, Alemania Federal, encare un primer balance de la reunión de las observaciones realizadas.
Fuente: Los especiales del Diario LA RAZÓN (República Argentina) Año 1 Nº 1 página 2 marzo de 1986
Al lector seguramente sorprenderá tantos conocimientos sobre los pasos a dar por el menudo visitante, pero sucede que El Halley es el más célebre de los cometas y de quien mejor se conocen sus trayectorias.
Conocerlas perfectamente ha resultado fundamental para poder enviar las ondas espaciales a su encuentro que, en el caso de Giotto, será menor a los 500 kilómetros del núcleo. Es una de las razones esenciales por las que el cometa Halley ha sido elegido para ser el objeto de una cooperación internacional sin precedentes reagrupada en el seno de la International Halley Watch, donde se nuclea un millar de astrónomos profesionales y aficionados de más de 40 países, que deberán recoger un máximo de información sobre el cometa en apoyo de las informaciones que enviarán las sondas espaciales.
Este afán por recoger mayor información no es solo vital para las investigaciones sobre los orígenes de nuestra galaxia, en que la Tierra ocupa uno de sus suburbios, sino para las infinitesimales correcciones que por telemetría se realizarán sobre el Giotto y las otras naves que se desplazan a su encuentro.
Como se informa en otras páginas de este suplemento, observatorios como el dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba, día a día, envían los resultados de las observaciones astrográficas de su trayectoria actual al International Halley Watch y principales observatorios. Aquellos que están directamente involucrados en guiar la trayectoria de las naves espaciales (como la antena de Parkes, en Australia, ocupada actualmente en dirigir al Giotto) tienen muy en cuenta estas observaciones.
Menos sofisticada, pero no por eso mejor atendida, la multitud de curiosos que convocará el astro barbado cada madrugada, cada noche y cada atardecer, según pasen los días. Para ellos también serán utilísimos los gráficos que ilustran esta página y que indican el curso del cuerpo celeste el mes de mayo.
Para un mayor entendimiento de los mismos se acompaña información de lo que irá sucediendo con el visitante a medida que transcurra el tiempo:
Marzo de 1986: El gran período de observación comienza. La distancia entre el cometa y La Tierra disminuye día a día mientras que la cola se extiende progresivamente sobre 30º.
Abril de 1986: El mejor mes para los que están en el hemisferio Sur.
Halley alcanza su brillo máximo a comienzos del mes, con una magnitud aproximada a 2.
A ojo desnudo un espectáculo grandioso con una cabeza de dimensión aparente comparable a la Luna y una cola que se desarrolla pasando los 40º.
A fin de mes La Luna obstaculiza la observación, pero el eclipse total de luna del día 24 deberá permitir tomar fotografías sorprendentes.
El largo de la cola disminuye rápidamente y no será más de 10º a fin de abril.
Mayo de 1986 y después: El brillo de Halley baja muy rápidamente. Desde el 1º deja de ser visible al ojo humano. Su declinación se mantiene definitivamente negativa.
A partir de julio una lente de 60 mm. será necesaria para descubrirlo; después, en otoño, los T 150 o 200.
Será necesario esperar a octubre para que la Conferencia Internacional del Cometa Halley, que se desarrollará en Heidelberg, Alemania Federal, encare un primer balance de la reunión de las observaciones realizadas.
Fuente: Los especiales del Diario LA RAZÓN (República Argentina) Año 1 Nº 1 página 2 marzo de 1986
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